16 septiembre 2020

La generación líquida

Nuestro entorno o ambiente afecta en alguna manera la forma que adoptamos. O sea, nos transforma, actúa como un molde externo. Los constantes cambios nos han vuelto más fluctuantes, ésto en alto contraste con las realidades sólidas de los abuelos, no logramos terminar de asimilar el último cambio cuando inmediatamente estamos entrando a una nueva temporada de cambios profundos y actuamos como un líquido que se adapta -casi al instante- a la forma de su contenedor. Así como antes -casi dos siglos atrás- observamos a nuestra comunidad como una "sociedad de masas" que se movía y reacomodaba en respuesta a la información que consumía, una que se redirigía según la información marcaba los cambios de rumbo como una respuesta colectiva. Una muestra de ésto es la velocidad con que estamos substituyendo y actualizando nuestros dispositivos móviles cada año para tener el último, el más actual, el más competitivo.

Somos afectados por las modas estéticas y las culturales, los jóvenes son la mejor fotografía de los tiempos actuales, el presente. Los más jóvenes representan en parte lo que fuimos, y hay algo de nostalgia en esta idea, los chicos que finalizan su educación escolar ya no son para nada lo que fuimos nosotros a la misma edad. Si queremos vernos en el futuro, solo será necesario observar los  cambios que definen a los jóvenes de hoy.
Nuestros abuelos -sociedad sólida- crecieron apreciando la vida de manera diferente como el trabajo y el matrimonio para toda la vida, muebles de larga vida útil, electrodomésticos en servicio hasta que llega el día que no tienen arreglo, etc. Sus nietos han dado paso a un mundo más precario, temporal, provisional, sediento de novedades y más agotador.
Agua adaptándose a la forma de cada vaso.


Zygmunt Bauman
, un filósofo polaco describe el mundo de los abuelos y sus anhelos así. "Querían construir algo resistente para siempre que sustituyera lo oxidado. Era el tiempo de la modernidad sólida. El tiempo de las grandes fábricas empleando a miles de trabajadores en enormes edificios de ladrillo, fortalezas que iban a durar tanto como las catedrales góticas". Pero en ese camino vimos como la modernidad pasó a ser líquida. Los cambios culturales y estéticos son tantos y tan frecuentes que hemos desarrollado temor a fijarnos en algo permanente. Vivimos crisis a los cuarenta años de edad, entonces salimos a buscar un nuevo traje que nos haga ver jóvenes nuevamente. Entonces vale preguntarnos que significa el ser personas flexibles; dispuestas a cambiar lo antes posible cada vez que nos sea requerido. "¿Qué significa ser flexible? Significa que no estés comprometido con nada para siempre, sino listo para cambiar la sintonía, la mente, en cualquier momento en el que sea requerido. Esto crea una situación líquida. Como un líquido en un vaso, en el que el más ligero empujón cambia la forma del agua. Y esto está por todas partes."

La permanente inestabilidad actual indica que en cualquier momento se pueden perder los logros atesorados a lo largo de la vida sin aviso previo. La mayoría de personas suele adoptar el sentimiento de ser desechables por el mercado de trabajo de nuestros días, no solamente por una nueva generación sino por máquinas con inteligencia artificial. Los jóvenes no sienten bienvenidos en este sistema. A pesar de disfrutar de grandes libertades individuales y sociales, también sufrimos de gran incertidumbre y falta de arraigo. Apreciamos tanto la libertad que le tememos al compromiso, hemos creado un patrón de nuevos comienzos, relaciones románticas intensas de corta duración y finales poco dolorosos o indoloros. Viajar por el mundo para descubrir nuevas realidades y nuevas experiencias de vida se ha convertido en un estilo de vida, más que un pasatiempo entre jóvenes.

Poseemos muchas buenas ideas sobre cómo cambiar nuestro mundo actual y hacerlo un lugar más hospitalario, uno donde nos sintamos bienvenidos pero no logramos ser el agente de ese cambio.

En la sociedad líquida de hoy resulta fácil cambiar la lealtad, abandonar la identidad y adoptar otra, no hay nada como una firme identidad predecible. La sociedad hoy se mantiene fluctuando ante las nuevas olas de tendencias. Pues ahora creemos que ser flexible nos permitirá sobrevivir ante las constantes olas cambios frecuentes, en contraste con la las realidades sólidas de los abuelos que quería aferrarse a algo estable para siempre. Tenemos hoy una sociedad que difícilmente adopta valores duraderos, sino unos que pueden cambiar, abandonar y desechar sin remordimiento alguno, somos una sociedad híbrida, más compleja, urgida de valores. La filosofía de vida, los valores y lo que se considera ético y moral ha cambiado radicalmente en los últimos años, a causa de los cambios políticos y sociales ocurridos a partir de la segunda mitad del pasado siglo 20.

En la actualidad, casi nadie se gradúa de la  universidad o del college pensando en obtener un buen empleo en una gran compañía, hacer carrera por 50 años en esa empresa o institución. Las empresas buscan renovación constante de sus colaboradores, hay una cultura de volatilidad, capacidad para reinventarse en plazos cortos. Urge una educación superior que sea capaz de insertar a los jóvenes en el mercado laboral con éxito.

¿Cómo te estás enfrentando a esta sociedad líquida? ¿Cuales son los valores que adoptaste recién? ¿Prefieres trabajar de manera autónoma o ser asalariado por varias décadas? ¿Crees en el matrimonio para toda la vida? ¿Cuál será la próxima tendencia que cambiará lo que había antes? Deja un comentario sobre tu adaptación a las olas de cambio tan frecuentes que llegan hasta nuestra playa.

Que estés bien.




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