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14 diciembre 2012

Zona de protección del logotipo.

La comunicación efectiva de la marca inicia con el naming (denominación o nombramiento) que es básicamente la selección del nombre audible que identificará a la marca,  en esta etapa del branding nos debemos asegurar que ese nombre que identificará audiblemente al producto, servicio o ente (institución u organización) sea atractivo y que provea de valor o significado a quien lo escuche, esto es, que suene bien y cause una primera buena impresión. Adicionalmente, su fonación o pronunciación debe ser fluida, no debe escucharse de una forma confusa; deberá sonar de una única manera, así el consumidor se sentirá satisfecho de poder mencionarla repetidamente y sin problemas.
El origen del área de protección o espacio circundante mínimo de un logotipo no se le atribuye a un único inventor, sino que su génesis se encuentra en los paradigmas del modernismo europeo, particularmente en los preceptos de la escuela Bauhaus. Durante las décadas de 1920 y 1930, el diseño funcionalista resemantizó el espacio negativo, pasando de ser un mero vacío a un componente activo y estructural dentro de la composición. La adopción de sistemas de retícula (grid systems) por diseñadores como Herbert Bayer sentó las bases metodológicas para tratar el espacio como un elemento medible y deliberado, estableciendo así el fundamento intelectual para que, más adelante, la separación espacial de un logotipo se considerara una necesidad funcional y no una simple preferencia estética. La codificación de este principio en una norma técnica y mensurable se materializó durante la expansión corporativa de la posguerra, entre las décadas de 1950 y 1960, un periodo que demandaba la creación de sistemas de identidad visual consistentes y escalables. En este contexto, la figura de Paul Rand emerge como un pionero fundamental. A través de sus influyentes trabajos para corporaciones como IBM (1956) y Westinghouse, Rand no solo diseñó logotipos, sino que instrumentalizó su aplicación mediante los primeros manuales de identidad rigurosos. Fue él quien, de manera más notable, formalizó la práctica de definir el área de respeto basándose en una unidad modular extraída del propio logotipo, transformando una intuición compositiva en una directriz prescriptiva y replicable. Contemporáneos como Chermayeff & Geismar (Chase Bank, 1960) y Massimo Vignelli consolidaron esta praxis, convirtiendo el manual de marca en el vehículo canónico para la gestión de la integridad visual.
Para la década de 1970, la práctica ya se había institucionalizado como un estándar ineludible en el diseño de identidad corporativa profesional. El emblemático Manual de Estándares Gráficos de la NASA de 1975, diseñado por Danne & Blackburn, representa la culminación de esta evolución, exhibiendo un nivel de detalle normativo que solidificó el área de protección como un componente no negociable del sistema. De este modo, lo que comenzó como un principio de orden visual modernista, transitó a través de la praxis de diseñadores visionarios para finalmente establecerse como un axioma técnico en la disciplina del branding, garantizando la legibilidad, la autonomía y la consistencia del signo marcario en cualquier contexto de aplicación.

Para una marca como Braun, cuyo ADN está definido por el funcionalismo, el orden y el minimalismo bajo la legendaria dirección de diseño de Dieter Rams y sus predecesores de la Escuela de Ulm (Hochschule für Gestaltung Ulm), el espacio negativo no es un vacío, sino un componente activo y esencial del diseño. La implementación de un área de respeto para su logotipo no fue una simple adhesión a una tendencia de branding, sino la aplicación de sus propios principios de diseño de producto a su identidad visual. El famoso lema de Rams, "Weniger, aber besser" (Menos, pero con mejor ejecución), se refleja perfectamente en la necesidad de que el logotipo respire, libre de interferencias visuales que comprometan su claridad y función. El sistema de identidad de Braun, desarrollado por diseñadores como Otl Aicher y Wolfgang Schmittel, fue pionero en la codificación sistemática de la marca. En sus manuales de identidad, el logotipo de Braun, con su tipografía simple y su icónica "A" más grande, se presentaba con reglas de uso extremadamente precisas. El área de protección se calculaba, como es la norma profesional, a partir de una medida interna del propio logotipo, muy probablemente utilizando la altura de una de las letras estándar (como la 'N') como unidad de medida (X). De este modo, se garantizaba que, sin importar el tamaño o la aplicación, el logotipo mantuviera siempre su integridad, orden y legibilidad, proyectando la misma racionalidad y calidad que sus productos. El caso de Braun es un ejemplo magistral de coherencia de marca. La adopción del área de protección no fue una decisión de marketing aislada, sino una manifestación intrínseca de su cultura de diseño.
Representa la praxis de la escuela de diseño alemana, donde la claridad, la estructura y la función son principios no negociables que se aplican con el mismo rigor tanto al diseño de un producto tangible como al de un activo intangible como el logotipo.

Logotipos invadiendo la zona de protección
Verifiquemos que en su forma escrita la palabra -marca- tenga balance simétrico y equilibrio, que no exista confusión sobre su escritura o ambigüedad; que no posea una inusual estructura, el nombre nos hace recordar un saber común, posee una cualidad única, posee un trasfondo, significado o correlación directa o indirecta, está fundamentado en un valor, es este fácilmente memorable, que evoca este nombre; sentimiento, juguetón sofisticado, etc. Actualmente, el registro de marca audible ya está disponible en algunos países a través de los Institutos de la Propiedad y oficinas de Registro de marcas.

Paso seguido convertiremos esa marca audible a un elemento gráfico. Ahora pasará al mundo de las imágenes gráficas y deberá de ser útil para aplicarse a técnicas varias de impresión tradicional, off-set y digital. En este paso avanzamos en seleccionar una/varias fuentes tipográficas -negras de preferencia para dar inicio a este proceso- y se escribe ese nombre/marca hasta definir cuál será la mejor opción creativa y funcional de escribir y leer la marca. Ahora pasamos a seleccionar el color que le viene mejor a la marca escrita, en algunos casos también corresponde definir color de fondo y color del texto, y hasta la textura, pero dejaría mejor dejar la aplicación de las texturas para más adelante.
Al contar con la tipografía correcta, el color y el nombre hemos completado el Logotipo y nos queda un importante ingrediente que agregar, área o zona de protección, área de respeto o también llamada espacio circundante mínimo.

Esta es otra versión humorística de la anatomía de la tipografía.
Se trata de una zona o área visual neutral libre que rodea a las "letras del texto" del logotipo y que protege a este de ser contaminado visualmente o ser invadido por algún otro elemento gráfico que perturbe o irrespete su integridad, esta zona preserva y mantiene la integridad visual del logotipo determinando la distancia mínima entre el logotipo y cualquier otro elemento gráfico próximo asegurando así la claridad de la identidad gráfica. Es algo parecido a lo que los sociólogos suelen llamar el espacio vital o íntimo; aquel en no dejamos entrar a nadie sin autorización o consentimiento, en este caso no se permite penetrar esta área a ningún elemento que puede ser una distracción y que afecte o compita en atención con la marca. En inglés también es llamada safe area, clear spacearea of isolation o también comfort zone. Sus funciones técnicas más destacadas son:
Garantizar la legibilidad e identificación: Al aislar el logotipo de otros elementos visuales, se asegura que sea claramente visible y reconocible al instante, sin "ruido" que compita por la atención del espectador.
Preservar la integridad visual: Evita que el logotipo sea modificado, recortado, solapado o visualmente "aplastado" por otros componentes del diseño. Esto mantiene su forma y proporción tal como fue diseñado.
Asegurar la consistencia de marca: Establece una regla fija y no negociable que se aplica en todos los soportes y contextos (web, impresión, merchandising, etc.). Esta consistencia fortalece la identidad de la marca y proyecta profesionalismo.
Altura X (x-height)
Para calcular de la manera correcta este espacio vamos a regresar atrás a la anatomía de la tipografía y pondremos especial atención en la medida conocida como la altura X, se trata de la altura de la letra "o" minúscula que aplicamos al logotipo -sea que este lleve o no lleve una letra "o" en el nombre- y construiremos un margen o línea guía que rodee o circunde a nuestro logotipo con esta medida (la altura X), ahora bien la imagen gráfica no solo la hace el logotipo.
Este va acompañado de una pieza gráfica a modo de emblema que suele inspirarse en elementos de la naturaleza -creación- o bien en una composición estéticamente armónica con base en elementos alfanuméricos o elemento representativo de una región o localización. Al integrar a esta figura (imagotipo, isotipo o emblema) al logotipo y mejor si se incluye el slogan tendremos un logopack le protegeremos con un área circundante de protección que le rodee con la medida de la altura X. Avancemos en el siguiente orden:
Identificar el elemento de medida: Se elige un elemento distintivo y fácilmente medible del logotipo. Las opciones más comunes son:
La altura X de una letra mayúscula (ej. la 'N' de "NIKE").
La altura X (la altura de una letra minúscula sin ascendentes ni descendentes, como la letra O).
El ancho o alto de un símbolo o isotipo (ej. el ancho de uno de los círculos de Audi o la altura de la manzana de Apple).
El grosor de un trazo principal.
Definir la unidad de medida (X): A esa medida seleccionada se le asigna el valor "X". Esta "X" se convierte en la unidad modular para construir el área de protección.
Aplicar la Regla: Se establece una regla que define el área de protección en múltiplos o fracciones de "X". La regla más común es que el área de protección sea de 1X en todos los lados (arriba, abajo, izquierda y derecha).
Logotipo invertido dentro de una caja o placa azul con su zona de protección.

Aunque las proporciones de algunos logotipos y emblemas suele ser muy contrastada y obligan a romper esta guía para lograr integrarlas,  procuremos guardar este orden en la medida de lo posible para obtener una imagen gráfica armónica y ordenada.

Toda esta información técnica no se deja a la memoria o a la interpretación. Se documenta formalmente en el Manual de Identidad Visual Corporativa (Brand Guidelines / Style Guide). En este documento, se deberá de incluir un diagrama claro.
El logotipo.
El elemento elegido como unidad de medida (X).
La representación gráfica del área de protección, a menudo con líneas punteadas y la etiqueta "X" o "3X" como utiliza Volvo para indicar la dimensión.

Disfruta también, visitando Logotipo, 10 tips que ayudan y Fuentes tipográficas digitalesEspero te resulte útil, que estés bien. Antes de finalizar te invito nuevamente a compartir con tus amigos de las redes sociales este artículo, y dejarnos una calificación para saber tu nivel de satisfacción, o mejor regala un ME GUSTA. Éxitos totales.







El autor de este post es publicitario, creativo y productor audiovisual y ha incursionado exitosamente como docente universitario para el Instituto de Mercadotecnia y Publicidad de México, así como en la UNITEC en Honduras desde hace más de veinte años. Es asesor publicitario independiente, redactor de artículos sobre publicidad, conferencista y blogger.