26 junio 2009

¿Los publicitarios crean necesidades?



A todos nos ha pasado que después de una día de tiendas muchas de éstas nuevas compras sólo van a parar a un lugar oscuro donde coleccionan polvo y telas de araña. Al notarlo meditamos sobre si era necesario o no hacernos de estos productos. También nos pasa con alguna frecuencia que al exponernos a la publicidad de algún producto no le encontramos la razón de ser no hay una liga ni racional, ni emotiva entre el producto anunciado y nosotros, pero luego de algún tiempo ese producto de repente viene a recobrar nueva importancia y valor.
Nuestro cuerpo es un gran contenedor que demanda de grandes cantidades y alta frecuencia de elementos, sustancias y otros de su entorno para mantenerse funcionando, y sano. Aunque el ser humano no está limitado sólo a un cuerpo, es también un ser pensante; posee una parte racional y otra emotiva, y ambas consumen de su entorno sustancias para su plena satisfacción. 
Son incontables las necesidades que podríamos demandar a lo largo de nuestra vida, y éstas van apareciendo en algún orden que puede variar de una persona a otra, como las llamadas necesidades fisiológicas las de nuestro cuerpo, las de aceptación social que nos permiten integrarnos en colectividad dentro de la sociedad, y las de autorrealización, que nos permiten satisfacer nuestros más profundos anhelos individuales.
Los consumidores de productos de consumo a veces suelen asumir con algún grado de ingenuidad infantil que han comprado cosas que no necesitan o que no les satisfacen completamente. Posiblemente, a la mayoría de nosotros nos pasó que al final de nuestros días de niñez nos acostamos un buen día sabiendo que las niñas -o los niños varones- (según sea cada caso) no eran tan necesarios ni importantes sobre el planeta para ser tomados en cuenta. Pero al amanecer del siguiente día despertamos y descubrimos que las niñas realmente sí son bonitas, agradables y hasta nos parece interesante estar un poco más cerca de ellas.
¿Qué pasó en nuestra mente, se creó de la nada una nueva necesidad o solamente se despertó una de las muchas necesidades que ya guardamos latentes y que ya poseemos desde nuestro origen?
Cada día van despertando dentro del ser humano muchas nuevas necesidades la cantidad dependerá de nuestro entorno, y en parte también de nuestras exigencias, de la edad, la salud, entre otras cosas. Los mensajes publicitarios logran despertar en quienes ya han descubierto su necesidad insatisfecha que sí efectivamente estas necesidades están allí y merecen nuestra atención.
Pensemos por un instante que pudiéramos crear una nueva necesidad, ésto nos tomaría mucho tiempo y altas inversiones, y no sería posible esperar tanto tiempo para ver el retorno en un pequeño mercado de prueba. Cientos y miles de productos y nuevas tecnologías buscan la manera de llamar la atención de consumidores para ser comprados, pero simplemente en ese momento la necesidad no es percibida, lo compran los amantes de las novedades, que son pocos y muy importantes, algunos productos deben esperar hasta que el mercado muestre interés en satisfacer esta necesidad, un interés que sí puede ser estimulado o despertado.
Empezar por definir y detectar la necesidad y luego crear el producto a la medida de ésta será la mejor forma de despertar las necesidades latentes que ya traemos dentro y luego valorar nuestra capacidad de compra y la calidad ofrecida para seleccionar la opción que me satisface. ¿Vez posible la creación de una necesidad a corto plazo?

Que estés bien,
Mauricio Pineda


El autor de este post es publicitario, creativo y productor audiovisual y ha incursionado exitosamente como docente universitario para el Instituto de Mercadotecnia y Publicidad de México, así como en la UNITEC en Honduras desde hace más de veinte años. Es asesor publicitario independiente, redactor de artículos sobre publicidad, conferencista y blogger.

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